Retrato sedente del padre Feijoo. La figura, ambientada en su celda, se recorta en primer término, atenta al espectador. Está representado como un hombre joven que interrumpe la lectura de un libro apoyado sobre una mesa de la que apenas se nos hace visible una de sus esquinas, volviendo a la metáfora de la ocupación intelectual del retratado.
Ataviado con el hábito benedictino, negro con capucha, presenta una actitud relajada que se aprecia en su posición general y en la de las manos en particular. Una de ellas descansa sobre el libro y la otra se deja caer desde el brazo del sillón de respaldo alto. Al fondo un reclinatorio y un crucifijo hacen de nuevo referencia al carácter eclesiástico del personaje. En esta obra, que en la parte inferior lleva la inscripción PADRE FEIJOO, hay un predominio de los tonos oscuros que van combinándose entre negros, marrones y ocres, concentrando la luz prácticamente en el rostro, las manos y en la franja en la que se coloca el crucifijo y el reclinatorio.
Benito Jerónimo Feijoo es considerado como uno de los miembros de la primera Ilustración Española. Fue profesor de Teología en la Universidad de Oviedo y desde esta ciudad inició el proceso de crítica de la universidad tradicional que luego continuaría con los Ilustrados y que, en el caso de la de Oviedo, culminó con el Plan de reforma de 1774 promovido por Pedro Rodríguez Campomanes.
Magín Berenguer realizó este lienzo con sólo 24 años. A pesar de que la obra está fechada en 1942 en la tela aparece también el año 1993 cuando el pintor se desplazó al Aula Magna para estampar su firma en la obra, de lo que quedó constancia en el catálogo de la exposición antológica que sobre este artista organizó el Centro de Arte Moderno "Ciudad de Oviedo" en el año 1996.
Magín Berenguer (1918-2000) estudió Bellas Artes en Oviedo y Madrid entre 1929 y 1936, año este último en el que realizó su primera exposición de pintura en Oviedo. Destacó en la pintura mural y realizó trabajos y estudios arqueológicos de la pintura en las iglesias prerrománicas asturianas y en las cuevas prehistóricas de Asturias
Texto y catalogación: Ana Quijada Espina