Retrato que sigue la tipología de los anteriores, en el que se representa al rector sobre un fondo completamente neutro de tono oscuro con diferentes gradaciones. Su figura está concebida en medio plano, de pie y de frente, con la mirada fija en el espectador.
La sobriedad se manifiesta en la ausencia de elementos al margen de la figura humana, salvo una mínima parte de una mesa recubierta con una tela granate que sirve de superficie para la colocación del birrete del rector, enteramente negro. Fernández-Miranda aparece ataviado con el traje académico propio de los rectores: toga y muceta negras, con la salvedad de las puñetas blancas que protegen las bocamangas, colocadas sobre un fondo que aquí aparece en tono rosado. Sobre la muceta destaca la medalla rectoral esmaltada pendiente de un cordón dorado. Los guantes blancos, símbolo de pureza, son utilizados para romper la simetría de la pose, permitiendo que se eleve la mano izquierda que los sujeta.
La indumentaria académica que lleva el rector fue regulada a mediados del siglo XIX por la reina Isabel II a través de dos reales decretos, al igual que el resto de los trajes académicos unificando sus características y uso para todas las universidades españolas.
Torcuato Fernández-Miranda (1915-1980), fue un político español, preceptor del entonces Príncipe Juan Carlos y vicepresidente del Gobierno durante la dictadura de Francisco Franco. Fue catedrático de Derecho Político y rector de la Universidad de Oviedo de 1951 a 1954.
El retrato fue encargado en 1957, cuando Torcuato Fernández-Miranda era Director General de Enseñanza Universitaria y se pagó por él la cantidad de 15.000 pesetas.
El pintor Paulino Vicente (1900-1990) fue un prolífico retratista que estudió primero en la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo y luego en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Se le conoce como el pintor de Oviedo. En lo relativo a la Universidad, participó muy activamente en los aspectos artísticos de la reconstrucción, realizando varios trabajos para el rectorado y formando parte de la comisión de selección de los artistas que solicitaban exponer en el edificio universitario y en el antiguo Colegio de Recoletas adaptado después de 1934 como pabellón de gobierno.
Texto y catalogación: Ana Quijada Espina